Nico Luna: el alumno que ha hecho historia en su tierra con solo 21 años

Parecía una utopía a comienzos de temporada, pero, tras meses de intenso trabajo, a finales de junio el equipo cadete de la Escola Estrada de Fútbol Base tocó la gloria al convertirse en el primer conjunto de la localidad en disputar una fase de ascenso a División de Honor. Los pupilos de Nico Luna (A Estrada, 2000), el joven protagonista de esta historia, se quedaron a las puertas de saborear un éxito todavía mayor.
Pese a no partir con el salto de categoría como objetivo, su escuadra logró plantarse en la final de la Liga Gallega Norte después de maravillar durante las anteriores fases de la competición. En la última batalla, disputada en Abegondo, el Galicia de Caranza se impuso desde los once metros tras el 1-1 con el que concluyó la prórroga y apeó a los estradenses del sueño.
La derrota en la tanda de penaltis no restó ni un ápice de mérito a la extraordinaria campaña realizada por el cuadro rojillo. Con una plantilla compuesta en su totalidad por futbolistas de la villa, su garra, compromiso y solidaridad sobre el césped conquistaron a los aficionados y les hicieron alcanzar cotas inimaginables. Su entrenador tiene solo 21 años y es alumno de nuestra escuela. Con 16 ya obtuvo el Nivel 1; con 18, tras terminar la ABAU, se anotó el 2. Un adelantado.
Estudiante del Grado de Maestro en Educación Primaria, Luna destila ilusión y conocimiento a partes iguales. Su labor al frente del equipo cadete junto a Marcos Piñeiro Puente “Pacheco”, coordinador y entrenador de la EEFB y técnico del Estradense B, ha sido excelente. “Fue una experiencia muy enriquecedora. Como diría Anxo Casalderrey, profesor mío en la escuela, nos adaptamos como camaleones e hicimos uso de la táctica operativa en los partidos. Partíamos siempre de un 1-3-5-2, a veces con pivote defensivo y en ocasiones con doble pivote. A partir de ahí, íbamos igualando en función del rival. Alternamos muchas veces el bloque bajo con el medio. Fuimos un conjunto incómodo, con gente rápida en ataque. Poco a poco, y disfrutando del proceso, logramos llegar a la final”, asegura Nico, capaz, pese a su edad, de gestionar a la perfección a un grupo que fue claramente de menos a más.
En la primera fase, ante adversarios de la zona y teóricamente más asequible, el Escola Estrada sufrió dos derrotas. Ya no habría más. En las siguientes estaciones de la liga, los chicos de Luna no cedieron ningún encuentro y sorprendieron a propios y extraños. “Solo diré que, cuando nos enteramos de que no había descensos, nos quitamos un peso de encima (risas). Conociendo los tiempos y la forma de ser del vestuario, conseguimos esto. Por el protocolo del Concello, hasta el mes de abril no pudimos entrenar con contacto. Tuvimos que tirar mucho de rueda de pase, trabajo de oleadas y ejercicios por sitios. Fuimos dando pasos y el equipo creció una animalada”, afirma el joven preparador.

Su escuadra siguió un patrón reconocible y que le reportó inmejorables resultados. “Nos enfrentamos a rivales técnicamente superiores, pero que arriesgaban con tercer hombre, triangulando y en salida de balón. A la mínima que los chicos tenían una opción, sacaban peligro. En el mes de mayo, tuvimos un choque en Boiro que, de haber perdido, nos dejaba fuera de la segunda fase. Ganamos 1-2 in extremis. Fue un punto de inflexión. Este es un grupo muy especial”, asevera.

“Teníamos el chiste de que íbamos agotando las vidas, y toda la suerte se nos terminó en los penaltis de la final”, cuenta Nico, que se define como un técnico experto en adaptarse a las características del plantel que maneje: “Me gusta caminar de su mano y hacer que disfruten del recorrido. No me centro en el resultado. A nivel metodológico, opto por trabajar todo de forma integral, sobre todo en un tipo de categoría en la que puede haber dos o tres entrenamientos semanales”.
Nuestro alumno no desaprovecha ninguna ocasión para continuar formándose como entrenador: “El verano pasado realicé los Estudios Superiores de Táctica con CENTED Academy, con profesores como Rubén Albés (CD Lugo), Borja Jiménez (RC Deportivo) o Fran Justo (CD Arenteiro). Trato de robar ideas de todos y enriquecerme”. Hay aspectos, eso sí, que no se enseñan en un aula: “Es clave saber manejar las emociones y la psicología. Debes experimentarlo y adaptarte a los tiempos del equipo: saber qué necesita cada persona y no ser nunca un obstáculo”. Nico es el fiel reflejo de que el talento, en buena medida, es una cuestión de insistencia. Ser profeta en su tierra no está al alcance de todos.

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