Martín Sánchez Gigirey (Santiago, 1995) es uno de los líderes del CD Estradense sobre el campo y delegado de CENTED Formación en la capital de Galicia. El compostelano afronta con ilusión su excitante doble reto: el inminente inicio del curso académico y una nueva campaña con su equipo en Tercera RFEF. Charlamos con él.
Pregunta: ¿Qué objetivos se marca la escuela en Santiago de cara al curso 21/22?
Respuesta: A nivel general, la meta sigue siendo la misma que en años anteriores: formar primero personas y después entrenadores. Es el lema de CENTED y no puedo estar más de acuerdo con él. Hay técnicos que piensan que, por gritar más, los jugadores le van a hacer más caso; aquí queremos erradicar esa idea desde el minuto uno. Apostamos por enseñar conceptos que se puedan defender a la hora de entrenar, pero, sobre todo, por cuidar a la persona. El cómo se presentan los contenidos, el día a día con los profesores y los principios que tratamos de inculcar son nuestro valor diferencial.
P: ¿Cómo se consigue el objetivo de formar primero personas y después entrenadores?
R: El paso inicial es enseñar contenido de calidad. Si quieres ser profesor de matemáticas y no sabes sumar, difícilmente podrás educar. Dominados los conceptos, debemos dar un paso más: conocer cuál es la mejor manera de tratar a tus futbolistas, cuándo es mejor apretar y cuándo ser más pasivo, cómo ser cercano con el jugador y generar buen ambiente… Queremos que nuestros alumnos posean argumentos futbolísticos y personales sólidos. Todo eso es fundamental a la hora de entrenar, mucho más que conocer definiciones.
P: ¿Por qué recomendarías CENTED a alguien que quiera formarse como técnico?
R: El nivel del profesorado es espectacular. Los currículums como entrenadores de Adrián Padrón, Adrián González o Anxo Casalderrey hablan por sí solos. Tener la oportunidad de aprender de ellos es una maravilla. Además, hay centros en cada esquina de Galicia (risas) y las facilidades y comodidades son grandes. El hecho de ser académico otorga una gran ventaja a CENTED. Hay más: te da puntos en caso de opositar, puedes obtener de manera sencilla un Grado Medio o Superior… Creo que los beneficios son múltiples.
P: ¿Cómo estás viviendo la evolución de la escuela en la capital?
R: Hubo un pequeño parón, pero el año pasado se produjo la reapertura del centro y, sinceramente, todo fue de 10. La gente se implicó mucho y el trato resultó genial. Como delegado me lo ponen todo muy fácil, tanto los profesores como los alumnos, porque no dan ni un solo problema (risas). El nivel es muy bueno. En Santiago tenemos la ventaja de reunir a gente de muchos sitios. Cada año que pasa damos un pasito más, e implementamos aspectos novedosos que propician que abarquemos más ámbitos y seamos más competentes.
P: En tu caso, además, compaginas tu labor en la escuela con tu carrera como jugador. Afrontas tu tercera campaña en el Estradense tras haber pasado por Arenteiro, Órdenes o Villalonga.
R: El camino futbolista-entrenador tiene las dos direcciones: ser jugador te beneficia en el momento de pasar a dirigir, pero formarte como técnico también te favorece como futbolista. Aprendes muchas cosas que después vas a ejecutar sobre el campo: eres capaz de identificar para qué sirven los ejercicios que te plantean, comprendes de mejor manera al míster… Hacer los cursos supone una enorme ventaja para los jugadores. Se suele pensar que los futbolistas son buenos entrenadores por el hecho de jugar bien al fútbol, pero no tiene nada que ver.