El discurrir de la vida de Pablo Gil (Ourense, 1991) ha ido siempre ligado a un balón. El entrenador del Alevín A del Pabellón CF, que festejó esta semana su 30 cumpleaños, repasa su trayectoria, su percepción del deporte base, su temprana inquietud por el juego y lo mejor del curso Nivel 1 que acaba de obtener con nuestra escuela.
Pregunta: ¿Cuándo te iniciaste en el mundo del fútbol?
Respuesta: Jugué en el Pabellón CF desde alevines hasta juveniles. En mi último año de juvenil fiché por el CD Ourense. Después, estuve en Segunda Regional con el Paderne. Lo dejé con 25 años. Como entrenador también empecé en el Pabellón, con 17. Trabajé tres temporadas en el CD Ourense, otras dos en el Barbadás y tuve un pequeño impás cuando estuve estudiando y trabajando fuera. También colaboré en los campus de verano del Celta. El año pasado me llamaron para echar una mano al Antela, en Primera Regional, y terminé la temporada en A Peroxa antes del confinamiento. Este curso, volví al inicio: el Pabellón.
P: ¿En qué momento te diste cuenta de que querías encaminarte a los banquillos?
R: Entrené por primera vez cuando era juvenil de primer año, pero llevaba tiempo con esa idea en la cabeza. Nunca fui un jugador bien dotado ni técnica ni físicamente. Si jugaba, era por mi forma de entender el fútbol. Me gustaba pensar, entender por qué hacía esto o por qué hacía lo otro. Con 17 años me dieron la oportunidad en el Pabellón como segundo de un técnico que había aprobado unas oposiciones. Sabía que en enero se iba a ir. Después de tres o cuatro meses aprendiendo a su lado, cogí las riendas.
P: ¿Ya notabas en tu etapa como juvenil que pensabas diferente al resto?
R: Tenía inquietudes que otros, simplemente, no tenían. Llegaba a casa y le daba vueltas a las jugadas. Pensaba: “Quizá, si hubiese hecho esto…”. Hay jugadores que lo hacen y otros que no. Me gustaba leer blogs de fútbol, análisis que fuesen más allá de polémicas y profundizar en el aspecto táctico.
P: ¿Qué medios utilizabas y utilizas para seguir esos análisis?
R: Antes leía muchísimos blogs. Llegué a escribir uno con crónicas nuestras en juveniles (risas). Hoy, tiro mucho de lo que voy conociendo en Twitter. Siempre acabas haciendo una red de gente que te aporta bastante: Mister Underdog, me gusta mucho Álvaro Benito, Albert Blaya…
P: ¿Qué dirías que es lo mejor de trabajar en fútbol base? ¿Y en categorías sénior?
R: El deporte base es muy agradecido. Si te lo trabajas y te preocupas por lo que haces, la recompensa es enorme. Cuando estuve en el CD Ourense, empecé en un prebenjamín y tuve tres años el mismo grupo. Ves la progresión completa, desde niños que ni saben dónde están las porterías a acabar con un equipo que ya juega y que comienza a entender ciertas cosas. El fútbol sénior, en cambio, te da más pie a aplicar lo que has desarrollado. Puedes exigir otros aspectos que no debes exigir en fútbol base. Todo va más enfocado al resultado. Es algo completamente diferente. Siendo todo fútbol, son dos deportes distintos.
R: ¿Y lo peor?
R: En fútbol base, cómo lo enfocan en ocasiones otros monitores o los padres. Acabé bastante cansado de ese tema. A veces se trata como si fuese casi profesional. Hay equipos que le pegan directamente desde mediocampo a portería porque saben que tu guardameta no le llega al larguero, otros que pese a ir ganando no son capaces de rotar… Es lo más oscuro. En sénior, lo peor es que los jugadores no se dedican a esto. Es difícil exigirle a un futbolista que viene de trabajar que te preste atención. Tú también vienes de trabajar, pero el jugador no tiene tus mismas inquietudes. Hay que encontrar un cierto equilibrio entre lo que tú quieres para el equipo y lo que te puede dar el futbolista.
P: ¿Cómo sería el entrenador ideal en fútbol base?
R: Debería ser una persona que no exigiría profesionalidad a los niños, pero que sí se exigiría a sí mismo ser lo más profesional posible. De hecho, los técnicos más cualificados tendrían que estar siempre en fútbol base. Debes ser empático con los niños: saber cómo tratarlos y ganarte su confianza. Además, tienes que entender bien el juego para hacer que los chavales lo comprendan, no crear automatismos vacíos. Si tú no sabes gestionar ciertas situaciones, es complicado que se lo enseñes a otras personas.
P: ¿Cómo son los entrenamientos de Pablo Gil?
R: En fútbol base, por ejemplo, mis sesiones son muy sencillas: cien por cien rodeadas de balón, y estructuradas de una forma simple o compleja en función de los objetivos que tengamos que trabajar. Manejo una planificación general de la temporada, y la divido en meses, primero, y semanas, después. Hago una revisión periódica cada cierto tiempo para ver en qué punto estamos. Ahora mismo tenemos tres sesiones semanales. Todo va enfocado a los tres o cuatro objetivos que decido para la semana en cuestión. En alevines, fundamentalmente, trabajamos coordinación o velocidad de reacción. Todo nace desde la pelota, desde la fase de activación hasta la vuelta a la calma.
P: Táctico, técnico, físico y psicológico. ¿Le concedes más importancia a algunos de estos cuatro factores?
R: No. Todo va relacionado. En todas las sesiones los tocas todos. La parte física está más presente en la primera fase del entrenamiento, un calentamiento general que se mezcla con la parte técnica. La segunda fase del calentamiento ya es más específica, enfocada al objetivo que quieres trabajar. Lo técnico y lo táctico convergen en esas metas. No puedes intentar trabajar la parte técnica de golpeos largos y, después, hacer juegos de posición en espacios reducidos. La vuelta a la calma la realizo siempre con un componente técnico; por ejemplo, juegos de golpeo al larguero o de dos equipos y centro y remate. Lo que más premia a estas edades es lo técnico, pero nada se descarta.
P: ¿Hay algún entrenador al que tomes como referencia?
R: La verdad es que no. Intento beber de todas las fuentes que puedo y aprender de ellas. Empecé con Changui en el Pabellón, trabajé con Miguel Carballo tanto en fútbol base como en sénior… Al máximo nivel, trato de leer cómo plantean los partidos Mourinho, Guardiola, Bielsa o ahora Nagelsmann. Intento aprender de cada uno, pero no tengo ninguna referencia.
P: Acabas de concluir con éxito el curso Nivel 1 de Técnico Deportivo en Fútbol con CENTED. ¿Qué ha sido lo mejor?
R: Sobre todo, aprender a organizar y reestructurar información. Hoy en día, con Internet, tenemos un popurrí en la cabeza brutal. He rehecho un montón de cosas a partir de hacer el curso. Estructuro los objetivos de otra forma. La asignatura de Metodología, con Claudio, me ha ayudado a organizar por categorías lo que tenía en mi planificación de la temporada.